ENSALADA CON ALCACHOFAS AL NATURAL


 



En alguna de las comidas del día siempre debe haber algún alimento crudo y natural, normalmente suele ser una ensalada. A veces puede ser plato único y en ese caso es más grande.  Otras veces, acompaña a la comida del almuerzo. Cuando se sirve como acompañante de otro plato, es más pequeña y debe llevar dos o tres ingredientes como máximo.  Las ensaladas refrescan y ayudan a limpiar el organismo, en primavera que abundan las hortalizas de hoja verde es una época ideal para tomarlas. 

Ingredientes: 

6-8 hojas de lechuga maravilla de verano y trocadero.

2 zanahorias ralladas

Alcachofas al natural

Aceite de oliva virgen extra

Sal

 Preparación: 

  1. Lavar muy bien las hojas de lechuga y dejar unos 10 minutos en remojo en agua helada con unas cucharadas de vinagre. Escurrir y secar muy bien.
  2. En una fuente grande colocar las hojas de lechuga troceadas con la mano. Disponer por encima la zanahoria y  a continuación las alcachofas.
  3. Condimentar con un poco de sal y aceite de oliva virgen extra. .

 

 

 

ALCACHOFAS AL NATURAL

 


No compres para conservar…Conserva para no desperdiciar.

La temporada de las alcachofas, en la comarca de la subbética cordobesa, es corta, de finales de abril a principios de junio. Hacemos esta receta para aprovechar que el huerto produce más alcachofas de las que podemos comer e incluso regalar. Es una conserva que debemos consumir en poco tiempo sin cocinar. Lo ideal es comerla en ensaladas, de lechuga o de cereales.  

Ingredientes:

Alcachofas tiernas y de tamaño mediano.

Limones, su jugo.

Botes para envasar las alcachofas,  limpios y esterilizados.

Preparación:

  1. Lavar los botes y las tapas. Esterilizarlos poniéndolos en agua hirviendo durante 15 minutos. Retirar con unas pinzas y poner a secar en paños limpios.
  2. Preparar las alcachofas: quitar las hojas duras y cortar el extremo superior. En la base dejando un poco del  tallo. Partir por la mitad y colocarlas en un barreño con agua y zumo de limón para evitar que se ennegrezcan. Puedes ver cómo se hace en esta receta. 
  3. Rellenar los botes con las alcachofas. Añadir el jugo de ½ limón aproximadamente y completar con agua. Cerrar muy bien. Hervir los botes al baño maría, completamente cubiertos de agua, durante 30 minutos.
  4. Sacar con cuidado, dejar enfriar y listas para consumir.

 


CREMA DE ESPÁRRAGOS CON HINOJO

 


En abril podemos encontrar en Andalucía los siguientes productos  de temporada: hinojo, alcachofas, espárragos, habas, guisantes, espinacas. Verduras, de un intenso color verde, que ayudan a limpiar y depurar el organismo de los excesos del invierno y lo aligeran para las próximas estaciones. 

Como todavía hacen días desapacibles,  las cremas de verduras son una propuesta de cena ligera y reconfortante.  

Ingredientes: (4 personas)

1 bulbo de hinojo (aproximadamente 200 g)

1 manojo de espárragos trigueros 

1  rama de apio verde picado (con hojas incluidas)

¼  cucharadita de cúrcuma

¼ cucharadita de jengibre molido

2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra

½ cucharadita de sal

Puntas de espárragos para decorar

600 ml de agua 

 Preparación: 

  1. Lavar y cortar en brunoise el hinojo y el apio.  Partir los espárragos con las manos hasta que se sienta la parte dura, reservar las puntas para decorar la sopa, y lavar todo muy bien. 
  2. En una olla de fondo grueso poner el aceite a calentar a fuego medio bajo. Freír primero las  especias durante ½  minuto. A continuación, añadir el apio y el hinojo y sofreír hasta que se ablanden las verduras.
  3.  Echar los espárragos partidos, remover todo junto y saltear unos  5 minutos más. Poner la sal y el agua. Llevar a ebullición con el fuego medio alto. Cuando empiece a hervir bajar el fuego, tapar la olla y dejar que se haga durante unos 20-25 minutos. Pasar por la batidora y reducir a puré.
  4. Escaldar las puntas de espárragos 5 minutos en agua hirviendo. Colar  y repartir en cada bol, en el momento de servir la crema. 
 




TORTAS DE ANÍS


 

Son las tortas de anís típicas de Sevilla, aunque estas no llevan huevo, mantienen el sabor y,  la textura crujiente de la torta es idéntico. Eran el dulce de mi infancia y de mi adolescencia, recuerdo que las comía en el recreo y luego utilizaba el papel encerado, que las envolvía, para deslizarme por el tobogan de cemento que había en el patio del colegio. 

Ingredientes: (6 tortas normales o 9 tortas pequeñas)

100 g de harina de trigo blanca

50 g de azúcar

50 ml de aceite de oliva virgen extra

50 ml de una infusión fuerte de anís

1 cucharada de postre de semillas de sésamo

1cucharada de postre de semillas de anís

1 pizca de sal

La cascara de medio limón

Azúcar para espolvorear las tortas

 Preparación:

  1. Hacer una infusión con 1 cucharadita y media de anís y 50 ml de agua hirviendo. Dejar reposar hasta que se enfríe y después colar.
  2. En una sartén poner el aceite de oliva a calentar a fuego medio bajo y freír un par de minutos la cáscara de limón. Apartar del fuego y añadir la cucharadita de semillas de anís. Retirar el limón y esperar a que se enfríe.
  3. En un bol mezclar la harina, el azúcar, las semillas de sésamo, la pizca de sal. Y añadir el aceite con las semillas de anís y la infusión concentrada de anís. Mezclar todo primero con una cuchara y después con las manos para que se junten bien todos los ingredientes.
  4. Precalentar el horno a 190 º con calor arriba y abajo. Forrar la bandeja del horno con papel encerado.
  5. Formar 9 bolitas todas del mismo tamaño. Es una masa muy delicada, hay que  extender cuidadosamente con un rodillo, hasta formar una torta fina. Colocar las tortitas en la bandeja de horno y espolvorear con azúcar blanca.Hornear entre 9 y 12 minutos, dependiendo del horno. 
  6. Sacar y colocarlas sobre una rejilla para que se enfríen.

 


NOTAS:

 Si al formar las bolas, la masa se pega un poco, por el azúcar. Se pueden amasar con un poco de harina, antes de hacerlas.

 Pasados los 7 minutos de horneado, no se las puede perder de vista. Son tan finas y delicadas que 2 minutos de más en el horno,  pueden acabar quemándolas.

 Al sacarlas del horno están un poquito blandas y al enfriarse se quedan crujientes.

 Si  en la casa se pueden resistir al olor, están mejor al día siguiente. Los sabores se habrán armonizado.

 Se pueden guardar en una caja de lata, típica de galletas, y duran más de una semana, aunque es poco probable que lleguen a la semana.