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BORRAJA

 


La borraja es una verdura de invierno originaria del mediterráneo, silvestre y también se puede cultivar. El cultivo de la borraja ayuda a repeler plagas, y es  beneficiosa para el suelo donde se planta. Se utiliza como planta medicinal y dicen que ahuyenta la tristeza.

 Las hojas y el tallo están recubiertos por un pelillo, hay que consumirla hervida. Tiene un sabor particular y un olor que recuerda al mar, aunque no con la intensidad de las algas. La he comido en casa de pequeña, pero nunca la había cocinado.

 Es fácil limpiarla: los tallos se separan de las hojas y se escaldan 5 minutos en agua con sal. Luego se enfrían en un bol con agua fría y se escurren. Puedes pasar un paño limpio por el tallo para retirar la pelusilla y están listos para usar.

 Las hojas se lavan bien y se pueden usar igual que las espinacas, lavar, trocear y cocina directamente en guisos.  Y también se puede freír. En este caso no se hierven, se lavan muy bien, se secan, se pueden pasar por un rebozado y a la sartén.

 Es una verdura muy delicada, que no tolera bien la conservación en la nevera. Los tallos pueden aguantar unos días, pero las hojas hay que consumirlas inmediatamente.

FRUTAS DE ABRIL


UNA PROPUESTA PARA EL DESAYUNO: ENSALADA DE FRUTAS

La fruta es uno de los mejores y más delicados alimentos. Son una fuente inagotable de gratificación para los sentidos. Por su sabor, aroma, colores, texturas: crujientes, blandas, suaves, ásperas,… Y además contienen una mezcla superior de elementos nutritivitos, puros y ricos y saludables en proporciones óptimas.

Limpian y drenan el organismo. Si las tomas por la mañana, para romper el ayuno  nocturno, los efectos para desintoxicar el cuerpo son mucho más poderosos. 

Apenas necesitan elaboración, lo mejor es tomarlas en su época y punto de madurez. 

Algunas recomendaciones para comer fruta:
  • La forma ideal de comer la fruta es hacer una  de las comidas del día exclusivamente con ella, la mejor el desayuno. Si optas por tomar zumos naturales, tienes que tener en cuenta que equivalen a una comida.   
  • Si la tomas como una comida, puedes consumir hasta ½ Kg de fruta, es lo equivalente a dos o tres piezas medianas.
  • Si la tomas entre comidas, como un picoteo, con una pieza de fruta es suficiente.  
  • Come las frutas ácidas, separadas de las frutas dulces.
  • El melón y la sandía cómelos separados y no combines con otras frutas. 
  • No mezcles muchas frutas diferentes aunque sean del mismo grupo: con dos tres variedades en cada comida está bien.
  • Toma fruta de temporada, de producción local y si es posible ecológica.

ENSALADA DE FRUTAS PARA ABRIL

Ingredientes: (2 personas)
2 naranjas
2 kiwis
250 g de fresas ecológicas
2 cucharaditas de hierbabuena picada
1 cucharadita de cardamomo molido

Preparación: 
  1.  Lavar y pelar la naranja, partirla por la mitad y cortarla en rodajas. El kiwi, partirlo por la mitad y cortarlo en medias lunas. Y las fresas lavarlas muy bien en  dos o tres veces. Cortar el péndulo superior y trocearlas en cuartos.
  2. Disponer la fruta en un plato, sin mezclar, para que cada persona se sirva lo que más le guste. Servir con la hierbabuena picada y el cardamomo espolvoreado por encima. 




LA VIDA DE LOS VEGETALES


Más de la mitad de los nutrientes que se encuentran en los alimentos vegetales se pierden antes de llegar al plato.

El porcentaje de esta pérdida depende del origen del alimento, de cómo se conserva, de cómo lo cocines y de cuándo y cómo se ingiera.

Cada proceso que interviene en la producción de los alimentos vegetales hasta que llega a la boca paga un pequeño peaje a nivel de nutrientes. Cuanto más largo es el recorrido, menos son los  nutrientes. Todo cuenta: la recolección, el transporte, el almacenaje y la compra, la conservación en casa, la cocción, etc.  Hasta el punto que cuando se va a consumir, se ha convertido en un alimento carente de vida.

Y entonces, ¿qué estamos comiendo?  Sabemos que la comida procesada está más que muerta, pero y aquellos productos que compramos frescos, ¿hasta qué punto tienen vida?

Los tres principales enemigos de los nutrientes más delicados (las vitaminas y los minerales) son el calor, el agua y el aire, este último responsable de la oxidación.

Cualquier forma de calentar los alimentos destruye los nutrientes. El grado de destrucción depende del tiempo de cocción, de si el recipiente dispersa el calor equitativamente, y de la temperatura.

Cuando se fríe se alcanzan temperaturas que sobrepasan los 200 ºC, que oxidan las grasas y convierten ácidos grasos esenciales en ácidos trans que no sirven para nada. Si freímos algo de manera esporádica, tenemos que usar aceite de oliva.

Los minerales y las vitaminas solubles en agua se van al agua cuando se cocinan, cuanta más agua se use y más tiempo se tenga en el fuego,  más probable es que esto ocurra. Esta es la razón por la que los caldos de verduras se cocinan largo tiempo.

Al hervir o preparar la comida al vapor, la temperatura en el interior del alimento es menor que fuera. Por lo tanto, se puede proteger a este cocinándolo en grandes trozos.

La pérdida de nutrientes en comidas hervidas tiende a ser alrededor del 20 al 50%.  Y para las verduras de hoja la pérdida puede ser del 20 al 70% de contenido nutricional.

La vitamina C, es muy propensa a oxidarse, por lo tanto no debe estar guardada mucho tiempo ni expuesta al aire o a la luz porque cada vez la pérdida de vitamina C será mayor.

¿CÓMO MINIMIZAR ESTA PERDIDA DE NUTRIENTES?

Compra los alimentos frescos, de temporada y de producción local o de cercanía. Y si son ecológicos mejor. Pero no compres un alimento ecológico que haya recorrido miles de kilómetros.
Pon el sentido común a trabajar, a veces, nos cegamos con lo ecológico y compramos fruta del otro lado del Atlántico, que en su producción ha sido respetuosa con el medio ambiente, pero en su procesamiento no lo ha sido en absoluto.

Mantén los alimentos en la nevera guardados en envases cerrados herméticamente. Tenlos como máximo tres o cuatro días. Si son de un productor que conozcas y que te los da directamente de la tierra, puedes aguantarlos dos o tres días más.  Algunos alimentos, como las espinacas, no lo conserves más de dos días.

Consume comida cruda al menos una vez al día. Si te cuesta digerirla, hazte un jugo. La zanahoria y la remolacha las puedes comer ralladas. Toma fruta fresca, como tentempié al menos dos veces al día. O haz una de las comidas del día sólo de fruta, de esta manera te garantizas el aporte de vitaminas.

Cocina respetando las características de cada alimento: los frutos secos y las legumbres ponlas en remojo. Las verduras cocínalas al vapor. Para cocinar al vapor puedes hacerlo de dos formas: una, con un recipiente tipo cestillo que el alimento no toque el agua y otra, en su propio jugo en un recipiente cerrado.

Una vez cocinada lo ideal es ingerirla inmediatamente o cómo máximo al día siguiente, sobre todo con platos de verduras. 

¡Experiméntalo y siente la diferencia!